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Narrativa

Línea ocupada, por Alejandro Carrión – Nº1

Algoritmos inalterables se fusionaban sin cesar en el tumulto de sus neuronas. La incapacidad de resolución del mecanismo mantenía abierta aún la esperanza. Añejos rayos luminosos iluminaban la habitación. Una sucesión de unos y ceros, una ordenada secuencia de bits, procesan la frecuencia de cada sonido audible en el interior de su cabeza. Sobre sus manos, un universo de átomos encerrados en un paralelepípedo metálico.

La presión de ondas de baja frecuencia sobre su sien marcan el devenir de sus latidos. Extrañas figuras aparecen etéreas ante su incapacidad de distinguir la realidad más allá de su pared craneal. Lentos golpes, que parecían luchar contra la inercia, sacudían su menguante cuello en dispersas asociaciones rítmicas. Cerraba sus ojos y el rápido relucir de cientos de pantallas encendidas emergían tímidas, como luciérnagas abandonadas.

Sus membranas celulares estaban siendo alteradas con iones. Todo recuerdo inicial de temor fue sistemáticamente eliminado. Un híbrido multiobjetivo diseñado para optimizar la precisión y la sensitividad estaba siendo instaurado en su lugar. Interminables espirales afloraron en el corazón de sus bastones impidiendo ubicar el plano dimensional correcto. Mientras miles de células pilosas se agitaban nerviosas, algo se estremecía en la habitación.

Sinuosas fumarolas ascendían hasta empañar las gafas cuadradas, negras, tras las que parapetaba sus pensamientos de huída. Sus amarillentos dedos se esforzaban incesamente esquivando la cálida caricia de la terracota esmaltada que humeaba sobre la mesa. El ardiente café resquebrajaba el aún débil trabajo de sus plaquetas en su labio inferior. La sangre, aún fresca, volvía a caer sobre unas papilas gustativas sedientas de ilusión. Bebía despacio, inmutable ante sus reabiertas heridas, tranquila. Esta vez, otra vez, el carmín de sus labios no era quien teñía de fogosidad el borde de la taza sino su, aparente, ausencia de maldad.

Alejandro Carrión

BIO

Alejandro se esconde en una vida marcada por el azar, el mar y el tránsito intercontinental. Curioso por naturaleza, gato por asignación. Un refugio de ideas en una búsqueda perpetua de nuevas vías de expresión y asimilación de conceptos ajenos para trazar nuevas sendas en las que borrar el pasado y construir permamentemente una revuelta de sueños e ilusiones.

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